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Cata de café, aprende a hacerlo como un barista

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Catar unos cuantos granos de café no se le da bien a todo el mundo porque requiere de precisión y mucha claridad. Sin embargo, saborear esta bebida se ha vuelto muy popular a nivel internacional. Por lo que quizás también estés buscando saber las técnicas o herramientas necesarias para hacerlo, además, ¡el saber no ocupa lugar!

 

Cómo catar el café como un barista

A los expertos en comprobar la originalidad y calidad del café se les conoce como baristas. El barista es un experto que se especializa en el arte del café. Pero ¿sabías que no es necesario serlo para experimentar las sensaciones más exquisitas en tu paladar? A continuación, te enseñamos cómo catar el café como un barista.

Comienza a experimentar con los aromas del café

A muchos les pasa que llegan a un sitio y simplemente piden un café. Cuando lo reciben, se dan cuenta de que es todo lo contrario a lo que esperaban, porque se le han agregado otros elementos, perdiendo la esencia verdadera. Esto no es malo, pero al menos debes conocer las diferencias, para ello debes aprender a reconocer las virtudes reales del café.

Para que lo hagas como un barista, debes comenzar a experimentar con los aromas que te da un buen café. Aunque te parezca mentira, oler el café cuando está recién hechos es la mejor forma de comenzar con la percepción. Cuando lo hagas, detecta qué es lo que se te pasa por la mente, que recuerdos te evoca.

Espectacular, espléndido, impresionante. Es muy posible que sea eso lo que sientas cuando empieces a percibir la fragancia. Con el tiempo, se te hará normal identificarlo con solo olerlo, incluso en la distancia, y serás capaz de sentir olores más concretos como chocolate, nueces, frutos secos, pimienta, fruta fresca… Como amante del café tal vez ya has iniciado desde hace mucho el proceso de transformación. Sino, estás a tiempo.

Degusta el café como un especialista

El siguiente paso que debes tomar para que sepas cómo catar el café como un barista es probándolo. ¿Qué mejor forma de comprender su sabor que degustándolo? ¡Esta es nuestra parte favorita!

Cuando es un buen café tu lengua experimentará un gusto inigualable e incomparable. Hay quienes describen la sensación en la lengua de un mal café como espesa: “me deja una película desagradable en la lengua”.

El café recorrerá desde tu lengua hasta tu garganta. Tu lengua apreciará lo delicioso que es. Tu garganta se adaptará perfectamente a la exquisitez con tan solo un pequeño trago. Al momento de hacerlo despeja tu mente y concéntrate en solo realizar este procedimiento.

Para degustar bien el café y apreciar todos sus sabores, te recomendamos beberlo a temperatura corporal, es decir, a unos 38 grados centígrados. Si no puedes medirlo, basta con que no queme, que esté templado.

Cata tu café con atención, despacio, y comprobarás que se activan todos tus sentidos. El olfato al olerlo, las papilas gustativas cuando lo saborees. Todo esto despertará en ti una experiencia increíble.

Toma nota de tus apreciaciones durante la cata

La evaluación es una parte fundamental en todo el proceso para catar el café como un verdadero barista. Ten en cuenta que la calificación que le des a tu degustación es importante.

Una excelente manera de hacer tu valoración es apuntándola en una hoja. Por ejemplo, puedes probar varias bebidas o granos – dependerá de ti – y luego específicas las virtudes. La mayoría de las personas que desean catar adecuadamente es porque son compradores de profesión.

Igualmente, como bebedor lo puedes hacer sin ningún problema porque el café es sencillamente placentero. Ya que te estás iniciando puedes hacer tu evaluación en base a diferentes escalas. Entre las que se encuentran el dulzor, su consistencia y su acidez.

Identifica los diferentes sabores

Comprobar el café no solo significa si es bueno, malo, regular o pesado. Esto va más allá, pues también se trata que logres identificar otros sabores que puede llegar a tener. Comienza por sentir si este no posee otra nota adicional, si es así intenta verificar cuál es.

¿Te resulta desagradable, exquisito, dulce o bueno? El mundo del café es tremendamente diverso, después de todo el café tiene más del doble de la complejidad molecular que el vino tinto, ¡casi nada!

Los sabores también pueden ser potenciados con ingredientes externos como frutos secos, azúcar, leche, chocolate… Otros se atreven a ligarlo con toques ácidos como frutos rojos o cítricos, ¡el límite lo pone tu imaginación!

Y no te olvides de la consistencia: el café es fuerte, oscuro, pesado o se encuentra un poco más claro de lo habitual.

Prepárate adecuadamente

Como te hemos comentado lo principal es mantener un pensamiento neutro y sin predisposiciones.

El café es sorprendente: una finca determinada de un país determinado no siempre sabrá igual. Recuerda que estamos hablando de un fruto: todo puede modificar su sabor.

No te limites porque seguramente el procedimiento no será lo que esperas. Por ejemplo, hay personas que empiezan a decir, antes de probarlo, cómo sabrá en el paladar. Este es un error que muchos cometen. Al fin y al cabo somos animales de costumbre.

¿Por qué ocurre esto? Muchas veces atraemos lo que pensamos. Si catamos un café nuevo con predisposición a su sabor, posiblemente ese sea el sabor que experimentes. Libera tu mente y déjate sorprender por el café.

Ah, y por supuesto, ten a mano todas las herramientas necesarias para este ritual como haría un buen barista. Entre los utensilios están la o las cafeteras a utilizar, tazas o vasos y el molinillo (es mejor si el café está recién molido).

Ponlo en práctica

La cata de café es divertida y hay un mundo de opciones a probar. Puedes hacerlo una, dos o tres veces como una distracción o aficionarte y convertirte en catador de profesión. Te recomendamos que trates de probar varios tipos de granos con el fin de que mejores la técnica.

Así estarás combinando la práctica con diferentes clases de bebidas y poco a poco afinarás tu gusto y habilidades.

Cuando ya tengas un poco más de conocimiento, otro consejo que te damos es que pruebes sin ver, con los ojos tapados. De esta forma el factor sorpresa es muchísimo mayor. Prueba también a catarlo tapándote la nariz, de este modo aislarás los olores.

Y por último y quizá lo más importante, prepara la mejor de tus sonrisas. Al fin y al cabo, te estás embarcando en un ritual milenario, donde jamás encontrarás dos tazas iguales.

elespañol.com

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