Detrás del recién inaugurado Geber, el mixólogo Israel Rus, comenta la creciente tendencia de la coctelería de autor.
Es así como nacen los mitólogos, una nueva generación de bartenders, que mezclan sabores, texturas, colores y aromas de manera innovadora y de autor. Israel Rus es uno de ellos y ha destacado por su trabajo en Perú, Argentina y Chile, donde diseñó las barras del Bar Mañío y el Negroni.
Ahora se acaba de situar en el corazón de BordeRio con Geber Alchemist Bar + Club, una propuesta con un llamativo recetario de tragos.
“Tenemos humo, luces, presentaciones conceptuales con tubos de ensayo montados en tablas, cócteles colgantes en un péndulo, cócteles que son pócimas que el comensal tiene que mezclar en la mesa para hacer la magia”, explica Rus en La Segunda.
«La coctelería conceptual nació en Londres como una forma de replicar en la barra lo que Ferrán Adriá y los hermanos Roca hicieron en la cocina. Se intenta llevar el arte a la coctelería y darle un concepto a cada trago», agrega.
Rus asegura que viene a revolucionar la coctelería en Chile. «La década pasada fue la de los chefs, pero ya pasaron de moda. Esta es la era de los bartenders. Todos quieren tener la carta de coctelería más top y estar en la última tendencia. Si te fijas, los empresarios gastronómicos ahora están invirtiendo mucho en la barra, que antes era solo algo que tenía que estar. Hoy, la barra es la protagonista de los locales en el sector oriente. Los bares compiten por tener los destilados más caros, las etiquetas de moda. Y el público también se ha vuelto más exigente», afirma.
Rus asegura que hasta hace muy pocos años la gente seguía pidiendo tragos muy clásicos, pero ha habido un cambio importante. «Se está desarrollando la coctelería de autor, que está pegando súper fuerte. Entonces el público se segmenta en la medida en que va a identificarse con los tragos de un lugar», sostiene.
Y remata: «La gente ya no se sienta en la barra porque quiere que le sirvan un trago tras otro, sino porque le interesa ver cómo se preparan las cosas. Y eso va de la mano con la profesionalización del bartender, que ya no solo tiene que mezclar tragos para mandarlos a la mesa o prestar el oído. Ahora los que se sientan en la barra son espectadores de cómo el bartender crea un producto especializado para cada paladar y preguntan también cómo preparar los tragos y qué ingredientes o técnicas pueden usar en su casa».