Reabrir los bares es lo que todos queremos. Ponernos poéticos para describir nuestras emociones detrás de barra no es el punto de esta nota, sino más bien conocer el cómo es realmente preparar cócteles a nuestros comensales en esta nueva etapa del famoso Paso a Paso.
¿Podemos incluso hacer chocar los vasos y hacer salud? Interesante juego de palabra cuando el «salú» nos puede perjudicar la salud ¿O no? Tampoco lo sabemos con certeza. Nada es certeza en este tiempo, pero debemos volver, por amor al arte, por amor a la barra, por las necesidades económicas.
En Temuco algunos bares ya han vuelto a abrir sus puertas y conversamos con Andrés Machuca, un amiga bartender de Barmagazine.
Instagram: http://www.instagram.com/maquimachuca
¿Cómo te sentiste al saber que debías volver a trabajar cuando la pandemia aún no se ha superado?
Con sentimientos encontrados, ya que desde mediados de Mayo más o menos estábamos funcionando con delivery en cócteles y comida del bar, así que tan oxidado no estaba. Y ese tiempo me estaba acostumbrando a atender y a preparar las cosas sin público.
Al momento de saber que podríamos atender público lo primero fue ansiedad. ¿Cómo va a ser quien vendrá? ¿Cuántos vendrán? ¿Podremos hacerlo bien? Pero en el fondo feliz de volver en algo mínimo a la normalidad del servicio que es lo que a nosotros nos motiva, entregar lo mejor, y como aún no se supera, mantener las normas para así cuidarnos todos, y no volver quizás a retroceder en lo que hemos avanzado como sociedad pandémica 2020.
¿Cuáles fueron las primeras dificultades a las que te viste enfrentado al momento de preparar un cóctel?
La mascarilla, la visera y los guante son grandes dificultades. Más difícil (aún) probar y oler lo que se prepara – a confiar en la memoria de los sabores y aromas- ya que muchos cócteles no preparé durante el confinamiento En general trato de mantener una buen práctica de manufactura: uso de pinzas, lavado constante de utensilios, siempre lo he hecho así, así que en sentido de higiene y seguridad no fue complicado.
¿Cuáles fueron las regulaciones que debieron cumplir?
Primero, la cantidad de público. El aforo máximo de 25%. Luego, la alfombra a la entrada con desinfectante, trazabilidad hecha por un portero, luego directo al baño lavado de manos. Todos los clientes con mascarilla, salvo en la mesa cuando están consumiendo alimentos o bebidas. Evitar ir más de dos personas al baño. Y en el local limpieza profunda inicial y desinfección cada 10 o 15 minutos: salón, baños y terraza. Además de capacitación al personal por parte de personal de salud calificado para ello.
¿Cuál ha sido el aspecto más complejo de manejar en la barra?
Respecto al cliente, básicamente existe cero intervención e interacción, ya que mi espacio de barra es pequeño y solo me permite dos personas y hasta ahora no se ha sentado nadie. Además de la cortina de plástico que nos separa del resto del salón.
¿Cuál ha sido la recepción del público? ¿Respetan las normas?
En general no hemos tenido mucho público como estábamos acostumbrados antes. El bar es de música en vivo y por las normas aún no podemos entregar ese servicio de entretención. Además que debe existir cierto recelo o miedo a juntarse en los bares probablemente.
Los clientes, sí cumplen las normas, en general uso de mascarillas, el lavado de manos, van de a uno al baño, no comparten el cigarro por ejemplo algo tan simple. También como bar teníamos platos compartidos que en estas situación de subnormalidad no podemos tener. Tuvimos que generar platos individuales lo cual ha tenido buena recepción.
El primer día nos costó sacar a la gente, aunque finalmente entendieron. Querían seguir y seguir después del toque-. Se percibe cierta ansiedad también de juntarse a compartir, se notó el encierro.
