Si bien las cafeterías han debido permanecer cerradas o con funcionamientos restringidos, la intimidad casera ha sido el escenario perfecto para que la cultura del café tenga un auge y un crecimiento inédito.
Hay actividades que no cambian tanto con el pasar del tiempo, y otras que si lo hacen generalmente cambian para bien. Esto, incluso tomando en cuenta que por las temperaturas y temporadas hay algunas que se suspenden u olvidan por un rato. Hoy hablaremos de algo que siempre está ahí, en lo cotidiano, pero que de a poco e indiscutidamente va mejorando, y curiosamente a pesar de toda la contingencia actual ha tomado un vuelo bastante interesante, hablamos de la cultura cafetera en casa, también conocida como home barista.
Creemos que a más de uno le pasa que extraña ese espresso en su punto en la cafetería al lado del trabajo, el cortadito camino a casa, esa escapada para aclarar ideas con un buen americano o la simple excusa para ponerte al día con alguien tomando un latte bien preparado. Situaciones que hasta podría parecer que nos están haciendo falta, pero lejos de detenernos en eso, hablaremos de lo que hemos ganado y no de lo que extrañamos, porque ante la falta de esos panoramas, el hágalo usted mismo parece imponerse de manera rebelde.
En este último tiempo, muchas personas han querido aprender y replicar la experiencia cafetera en sus casas. Texturas, extracciones y esos toques ácidos que nunca encontramos en las tazas solubles, han salido de la cafetería para trasladarse a la cotidianeidad de nuestras casas.
Los momentos y las risas se van adaptando como la vida misma y son varios los que se pegaron el salto, porque cambiamos el «¿Vamos por un café? » por un «¿Te preparo un café? » y que bien suena eso. Si baristas podemos ser todos, para nuestra familia, para nuestros amigos, para nosotros mismos.
Y dígase cultura cafetera porque el consumidor final obviamente también es parte de esta… Y a esos valientes que comenzaron especializando el rubro unos años atrás, con tendencias, sabores y presentaciones realmente maravillosas, no queda más que decirles ¡Gracias! Ahora las tiendas y sus carros online sufren del buen estrés por cumplir con los envíos y tener stock, los baristas comienzan a subir información que quizás en su momento compartían sólo de boca en boca, pero que ahora con la ayuda de la pantallita tenemos la posibilidad de aprender de gente de todos lados, y vaya que hay gente que ilumina.
Los institutos cambiaron su dinámica y están a la vanguardia de las necesidades e intereses, mientras un amigo cercano, por ahí se lamenta porque no le sale el corazón en su capuccino. Bueno esto está pasando y queríamos que pase, no queda más que disfrutar y aprovechar ese interés, como también aportar desde la vereda que se pueda aportar con 2 de azúcar y un toque de leche o solito a taza llena, que así fluyen mejor las ideas.